12.3.08

hablando de desconfianzas


Buenas noches, princesa.

Es muy tarde y he de irme a la cama. LLevo cinco días sin saber lo que es dormir como es debido y no puedo permitirme el lujo de seguir por ese camino.

Mañana por la mañana, a primera hora, contestaré tu e-mail, para que puedas leerlo cuando llegues a la ofi.

De todas formas, y aunque mañana te hablaré de ello con detalle, reflexiona sobre lo que me pides. Si te hago el amor la primera vez, sin haberte follado antes, no sé si seré capaz de hacer lo segundo alguna vez, y ambos lo necesitamos.

Quiero ser especial para ti, pues no me seduce nada la idea de ser uno más en tu vida, ni creo que sea lo que tú buscas. Además, yo también deseo ser tu Amo, y después seré tu amante, tu amor, tu amigo... y siempre tu cómplice incondicional. Pero, hazme caso, deja que empecemos a conocernos como dos animales sexuales y, si ha de ser porque así está escrito en nuestros destinos, después seremos todo lo demás, todo lo que ambos queramos darnos el uno al otro.

Déjame desearte y poseerte, y después, si lo deseas, enséñame a amarte.

Yo te quiero, aunque no sé si quiero quererte...

Un beso muy sensual y hasta mañana, cuore. Que tengas dulces sueños. Seguro que tú estarás en los míos.

Mad

PD.- Mañana te hablaré de mis desconfianzas, que no son tan graves ni tan profundas como tú las intuyes.

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