Bonjour ma belle,
Me alegró mucho recibir ayer tu "indulto", vía sms. La verdad es que me sentía ya convicto y condenado a cadena perpetua, sin haber podio ejercer mi legítimo derecho a defenderme.
Me sentí muy mal conmigo mismo cuando recibí tu sms el domingo, pues si algo detesto es resultar zafio, e intuyo que así me viste tú al leer mi e-mail. Si te soy sincero, no le doy más de un 10% de probabilidad de éxito a nuestra incipiente relación, pues tiendo a ser escéptico por naturaleza, pero me apetece mucho explorar ese pequeño margen de posibilidades. Después, si tengo la sensación de haber hecho las cosas bien, y "no sale", lo aceptaré con deportividad, pero perderte así, sin tan siquiera haber llegado a tenerte y además por mi culpa... me hizo sentir muy mal.
Mi pequeña fantasía, como comprenderás irrealizable, sólo pretendía excitar un poco tu imaginación, aunque veo que no fue el caso. Lo siento y te ruego que me disculpes si te he hecho sentir incómoda. Intentaré que no vuelva a suceder.
Me gustaría que comprendieses, sin embargo, que no sé casi nada de ti ni de tus gustos o necesidades. Sólo sé que quieres ceder a un hombre el control de ti misma y de la situación, pero, cielo, eso es algo muy genérico que abre un campo de posibilidades demasiado extenso, y es a ti a quien corresponde acotarlo. Creo que ahora te comprendo mejor y que tengo una idea más o menos exacta de lo que buscas, pero te pido una vez más que me concretes un poco tus fantasías, en la seguridad de que, llegado el caso, sólo haremos aquello que tú desees.
No sé la idea que te habrás forjado de mí, pero te garantizo una vez más que nunca haré nada en contra de tu voluntad. Quiero que te sientas cómoda y relajada conmigo, que pienses en todo momento que sólo voy a proporcionarte placer de la forma que tú necesites. Nunca te haré daño ni forzaré tus deseos. Entiendo que el éxito de una posible relación sólo puede basarse en que ambos nos sintamos cómodos dentro de ella. No creo que el hecho de ser sumisa implique que te gusten el sufrimiento o la crueldad. Lo tengo claro, no temas, lulut.
Es verdad que nunca he visto "el agarre de una reala", y ¿sabes por qué? porque no me gusta nada la caza. Como soy un gran amante de la libertad, respeto que haya personas a quienes les guste; de hecho, tengo buenos amigos cazadores, que incluso hacen safaris a África una vez al año. Yo no podría convertir en un placer el sufrimiento y la muerte de un animal.
Te contaré algo. Cuando era adolescente me gustaba matar pájaros con una escopeta de perdigones. Había oído decir que la forma de matar a un pájaro herido de un perdigonazo es cogerlo con la mano y estrellarlo contra el suelo. Pues bien, una vez me vi en esa situación. Como no era capaz de lanzarlo con fuerza contra el suelo, pues era algo que repelía a mi mente, el animal no llegaba a morir; al final, a base de tirarlo no sé cuántas veces, el gorrión murió. Desde aquel día, no he vuelto a disparar contra un animal, ni lo haré jamás. Aún ahora, después de tres décadas, me persigue el recuerdo del sufrimiento innecesario que causé a aquel pobre animal cuyo único delito fue ponerse al alcance de mi escopeta.
¿Decepcionada? Supongo que sí. Ya ves, pretendo convertirme en tu "Amo" y luego soy un tierno... En estas condiciones, ¿crees que sería capaz de hacerte daño? Nunca, lulut, métetelo en la cabeza...
Para que me conozcas un poco mejor, te adjunto un perfil que tengo colgado en una página de relaciones adultas. No le he cambiado ni una coma. Quizá al leerlo comprendas un poco mejor lo que busco.
Ya te dije una vez que, aunque dominante y morboso en la intimidad, puedo ser muy dulce. Pensaba que tú buscabas otra cosa, pero si, al igual que a mí, a ti también te gustan los contrastes y quieres que sea cariñoso y dulce contigo por momentos, nada me complacería más que me lo hicieses saber, pero, porfa, dame pistas de lo que esperas de mí. ¿Quieres sentirte mimada? Nadie lo hará tanto como yo, si lo deseas.
Me encantaría hablar contigo cinco minutos; si puedes y quieres, házmelo saber.
Je dois te quitter pour l'instant. Passe une bonne journée et à très bientôt, mon petit chou.
Me alegró mucho recibir ayer tu "indulto", vía sms. La verdad es que me sentía ya convicto y condenado a cadena perpetua, sin haber podio ejercer mi legítimo derecho a defenderme.
Me sentí muy mal conmigo mismo cuando recibí tu sms el domingo, pues si algo detesto es resultar zafio, e intuyo que así me viste tú al leer mi e-mail. Si te soy sincero, no le doy más de un 10% de probabilidad de éxito a nuestra incipiente relación, pues tiendo a ser escéptico por naturaleza, pero me apetece mucho explorar ese pequeño margen de posibilidades. Después, si tengo la sensación de haber hecho las cosas bien, y "no sale", lo aceptaré con deportividad, pero perderte así, sin tan siquiera haber llegado a tenerte y además por mi culpa... me hizo sentir muy mal.
Mi pequeña fantasía, como comprenderás irrealizable, sólo pretendía excitar un poco tu imaginación, aunque veo que no fue el caso. Lo siento y te ruego que me disculpes si te he hecho sentir incómoda. Intentaré que no vuelva a suceder.
Me gustaría que comprendieses, sin embargo, que no sé casi nada de ti ni de tus gustos o necesidades. Sólo sé que quieres ceder a un hombre el control de ti misma y de la situación, pero, cielo, eso es algo muy genérico que abre un campo de posibilidades demasiado extenso, y es a ti a quien corresponde acotarlo. Creo que ahora te comprendo mejor y que tengo una idea más o menos exacta de lo que buscas, pero te pido una vez más que me concretes un poco tus fantasías, en la seguridad de que, llegado el caso, sólo haremos aquello que tú desees.
No sé la idea que te habrás forjado de mí, pero te garantizo una vez más que nunca haré nada en contra de tu voluntad. Quiero que te sientas cómoda y relajada conmigo, que pienses en todo momento que sólo voy a proporcionarte placer de la forma que tú necesites. Nunca te haré daño ni forzaré tus deseos. Entiendo que el éxito de una posible relación sólo puede basarse en que ambos nos sintamos cómodos dentro de ella. No creo que el hecho de ser sumisa implique que te gusten el sufrimiento o la crueldad. Lo tengo claro, no temas, lulut.
Es verdad que nunca he visto "el agarre de una reala", y ¿sabes por qué? porque no me gusta nada la caza. Como soy un gran amante de la libertad, respeto que haya personas a quienes les guste; de hecho, tengo buenos amigos cazadores, que incluso hacen safaris a África una vez al año. Yo no podría convertir en un placer el sufrimiento y la muerte de un animal.
Te contaré algo. Cuando era adolescente me gustaba matar pájaros con una escopeta de perdigones. Había oído decir que la forma de matar a un pájaro herido de un perdigonazo es cogerlo con la mano y estrellarlo contra el suelo. Pues bien, una vez me vi en esa situación. Como no era capaz de lanzarlo con fuerza contra el suelo, pues era algo que repelía a mi mente, el animal no llegaba a morir; al final, a base de tirarlo no sé cuántas veces, el gorrión murió. Desde aquel día, no he vuelto a disparar contra un animal, ni lo haré jamás. Aún ahora, después de tres décadas, me persigue el recuerdo del sufrimiento innecesario que causé a aquel pobre animal cuyo único delito fue ponerse al alcance de mi escopeta.
¿Decepcionada? Supongo que sí. Ya ves, pretendo convertirme en tu "Amo" y luego soy un tierno... En estas condiciones, ¿crees que sería capaz de hacerte daño? Nunca, lulut, métetelo en la cabeza...
Para que me conozcas un poco mejor, te adjunto un perfil que tengo colgado en una página de relaciones adultas. No le he cambiado ni una coma. Quizá al leerlo comprendas un poco mejor lo que busco.
Ya te dije una vez que, aunque dominante y morboso en la intimidad, puedo ser muy dulce. Pensaba que tú buscabas otra cosa, pero si, al igual que a mí, a ti también te gustan los contrastes y quieres que sea cariñoso y dulce contigo por momentos, nada me complacería más que me lo hicieses saber, pero, porfa, dame pistas de lo que esperas de mí. ¿Quieres sentirte mimada? Nadie lo hará tanto como yo, si lo deseas.
Me encantaría hablar contigo cinco minutos; si puedes y quieres, házmelo saber.
Je dois te quitter pour l'instant. Passe une bonne journée et à très bientôt, mon petit chou.
Don M.A.D.
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